#13

Si uno se pone a contar, sin apuro ¿quién sabe dónde llega?
El uno es precioso, sólo por el hecho de ser el primero.
El dos tiene la virtud de la variedad.
Con el tres encontramos similitudes.
El cuatro viene de vicio.
Cinco ni me di cuenta como llegó, pero miralo ahí.
El seis me gustó porque de golpe me dio por tomarme otra vez la cuenta en serio.
Siete… y empezamos otra vez a pasarlos sin pensar. ¡Qué inconstancia y frivolidad!
Ocho parece ser bastante definitivo, pero ya ves que nada es definitivo a pesar de las buenas intenciones, que nunca faltan y que jamás se respetan.
Nueve fue especial y no podré olvidarlo/a/e/s.
Diez fue como hacer una posta y ya por eso merece el recuerdo.
Once no dice nada, aparte que en seguida pasé a
Doce, que de alguna manera todavía vive en mí… ¿por cuánto?
Yo soy trece (la mala suerte, dicen) y aunque parezca lo contrario no tanto me importan los que pasaron como los que vendrán.