Matrix

Esto es serio. Bueno, lo otro también, pero es como que esto tiene más carácter cósmico (cóSmico) y no debe ser pasado por alto. Por una vez sentémonos más cómodamente y con una actitud positiva para leer. Dejemos de lado la sonrisita socarrona del escéptico irredento, que no aporta.
Hablábamos el otro día (qué bueno porque el Pluralis Majestatis me exime de algo de culpa) de Flavio Cuniberto y cómo sus talentos fueron descubiertos por Tino Pascali, cuando ese día, quizá en ese mismo instante moría Tino Pascali.
Estos pequeños desfasajes son los que yo llamo errores en la Matrix.
¿Nunca notaron que cuando uno llega a hacer una cola, muchas veces hay como 30 personas delante y en la hora y media que dura la cola sólo se ponen 2 o 3 detrás de nosotros?
Presten atención, en serio. Yo creo que la gente que afecta nuestros fines es la que está por delante, entorpeciéndonos la vida o quizá demorándonos lo suficiente como para que no moramos aplastados por el auto que si hubiéramos cruzado la calle 5 minutos antes nos hubiera pasado por encima, eso es lo de menos, lo importante es que esa es la gente que va a afectar el curso de nuestros acontecimientos, aún en pequeñísima escala. La gente que está detrás de nosotros es irrelevante y como el Universo es, entre otras cosas, económico, no vale la pena ser gastada. Como que el Arquitecto pone 2 o 3 detrás para guardar las apariencias, creyéndonos (más probablemente creyéndome) estúpidos pero no, no, no alcanza, soy un tipo observador y me di cuenta totalmente de la intención. ¿Se creen que me van a hacer caer y que me voy a creer que en 1 hora y media solo 2 o 3 personas más necesitan hacer la cola? ¡Es mentira! Podrían ponerle un poco más de empeño, che, sobre todo si se dan cuenta que soy un tipo desconfiado y perspicaz. Tampoco creo que sea bueno irse al carajo y poner 50 tipos detrás de mí, no exageremos, que aparte me imagino que cuando yo termino mi trámite medio como que siguen en la cola pero ni bien doblo la esquina se miran molestos y se van un poco a las puteadas. No, no digo eso, pero fijate lo que pasó con Tino Pascali. Para mí que algo raro hay con ese tipo. Me parece que el otro día cuando tipeé las dos palabras de su nombre algún resorte saltó por allá arriba (¿aunque no sería más lógico pensar en “allá abajo” dado que al menos hay tierra firme?) y me los imagino diciendo “¡Pará, pará! Tino Pascali… ¿lo tenemos todavía? – No, ese diskette se pinchó – Mierda, hay que hacer algo” o una conversación así (aunque quizá ni conversen en el sentido que nosotros le damos a las palabras, aparte de que siempre me imaginé que era la conversación de mucha gente, un equipo de producción pero encerrado en un cuartucho con unas computadoras y pantallas gigantes, aunque no tan grandes como las de Truman Show)
También me pongo a pensar en exactamente lo contrario, porque soy un tipo abierto a posibilidades diversas, y al instante me planteo la posibilidad de que los Arquitectos hayan dejado caer una noticia minúscula en los diarios anunciando la muerte de un personaje menorísimo, para probar hasta dónde llega mi desconfianza y ver cuán peligroso puedo llegar a ser para el Plan.
Me voy dando cuenta de cómo son las cosas, lo que no deja de asustarme un poco porque me imagino que estas cosas las hacen para desconectarme llegado el caso, no vaya a ser cosa que yo desde mi lugar desbarate este suculento negocio que malsanamente llevan adelante ¿con qué fin?
Hola, probando, hola…
No, me quedo más tranquilo ahora, quería probar si todavía sigo escribiendo o ya me habían desconectado.
Me parece que estoy cerca, pero no tanto o debe haber un detalle que se me escapa, si no ya me hubieran apagado.